Medio Ambiente

“Por lo menos desde el Neolítico (12.000 años antes de Cristo) las sociedades consumen a un ritmo cada vez más voraz todo lo que conocemos como recursos naturales. Resulta que este consumo desde entonces ha sido agresivo, hostil. A un ritmo acelerado, se busca todo y a cualquier precio el crecimiento económico, ya que éste es mal interpretado como sinónimo de progreso. Por esta razón, se cortan los árboles, se queman bosques, se contaminan el aire y el agua, y se destruyen los ecosistemas” (1)

Sumak Kawsay tiene una visión fundamentada en una cosmovisión de los antiguos pueblos originarios de la zona andina. Es una expresión quechua que significa: ‘Vivir en plenitud, vivir en armonía’ -en armonía con los seres humanos, en armonía con la naturaleza, en armonía consigo mismo y en armonía con los seres superiores que forman parte de la espiritualidad de estos pueblos.

¿Pero qué tiene que ver esto con nuestra realidad? ¿Qué tiene que ver con el medio ambiente?... Los países industrializados tienen una enorme responsabilidad para con la crisis ecológica que vivimos, la cual está vinculada a la crisis del sistema capitalista. Esto nos lleva a hablar del eufemismo llamado crecimiento económico.
Hablar del crecimiento económico es hacerlo del desarrollo económico, el cual es un falso paradigma acuñado por los apóstoles del neoliberalismo con mayor vehemencia en estos tiempos grises que vivimos. Al respecto, nos sigue ilustrando el profesor Dávalos(2) al decirnos que el concepto de crecimiento económico “Es un concepto hecho a la medida de las ilusiones y utopías del neoliberalismo y del capitalismo tardío. Con la misma fuerza que el creyente cree en la epifanía de la voluntad divina, el economista neoliberal, cree en las atribuciones y virtudes mágicas que tiene el crecimiento económico”. ¿Crecimiento económico para quiénes? ¿Desarrollo económico para de quiénes? Ese es el punto a discutir en tanto que los grupos de poder en los países industrializados son los que se benefician –económicamente hablando- del desenfrenado consumismo, el cual es inmanente al desarrollo y crecimiento económicos, llevándose de encuentro en una demoledora destrucción los recursos naturales, la salud y la vida de los seres vivos. Es decir que, la base del crecimiento económico descansa en el inmoderado consumo.
Entonces, los consumidores deberíamos de frenar ese modo de vida tan destructivo. Cuando se le preguntó a un escalador del Monte Everest “por qué lo escalaba”, él respondió “porque está ahí”; es decir que, si el Everest no existiera no lo escalaría. De igual forma entraríamos en otra discusión de que si no hay consumidores libertinos no habrían empresas contaminantes, o por el contrario, si hay consumidores enfermizos esa es la razón de la existencia de empresas contaminantes que bombardean mediáticamente a esta categoría de consumidores. Ante tal paradoja, supongamos que lo es, tenemos la opción de llevar a la práctica el decrecimiento económico o el Sumak Kawsay como formas responsables de vida; en otras palabras, consumir lo necesario. Siempre recordando, por supuesto, que la gente feliz no consume”.  Leer más en decrecimiento.info.
 
1. De Oliveira, Marcus Eduardo. ¿Cómo estar sano en un planeta enfermo?. En América Latina en Movimiento
2. Economista y catedrático universitario del Ecuador. Ha hecho una serie de artículos respecto al tema del Sumak Kawsay, el cual lo contrapone al desenfrenado consumismo y a la falacia del crecimiento económico. http://www.webislam.com/default.

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